Quisiera verte y no te veo, camino, senda estrecha que buscando voy por estos montes ariscos, por esta tierra de inhospitalarias manos. Calles como truenos, puertas como garras, ventanas cerradas que me impiden mirar la hierba, el cielo, el mar. Aquí estoy, Señor, llamándote sin voz, arrastrando mis faltas, mis yerros y mis ojos
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