Membres

dimanche 26 août 2007

Huella

Que nada en mi sombra se derrame, que nadie me recuerde, que se dispersen mis noches como estrellas, que el tiempo mida mi edad con sus negras uñas. Son estas mis huellas, mi silencio hablado, mi retrato inacabado. Tiempo inexorable que me ocultas todo lo que busco: el mar y su silencio, la extranjera de negros ojos y de brillante cabellera, la llave para cerrar los infortunios, la palabra para vencer nuestra humana indiferencia y todo aquello que sin secreto sembramos sobre la tierra.

dimanche 19 août 2007

Terremoto en Perú (2007)

No puedo orar, ni llorar, pero oro
en el silencio frío de la tarde que se va.

No hay ventana ni puerta ni adios,
porque no hay casa ni habitante que se va.

Todo queda en el pecho,
todo permanece en la memoria
porque el dicho olvido no existe para mí.

Los escombros a mis ojos llegan
como heridas fulminadas por un rayo.

Y llamo a mis parientes desde lejanas tierras,
llamo desde este muro que me aplasta,
y el teléfono no suena : extrañas voluntades lo cortaron,
para preservar sus onerosos dividendos.

Estoy bajo los escombros de la tierra
y respiro, y no respiro, y vuelvo a respirar.

Me llaman por mi nombre y no contesto,
no tengo voz, ni fuerzas ni camino,
estoy bajo una piedra, atrapado por el miedo.

Se oye otra voz, un llanto de niño, de padres, de amigos.
Se oye la tierra que vuelve a la tierra,
y yo estoy aquí, abrazado a un cadáver,
al cadaver de mi cuerpo, el tuyo, el mío.
Estoy aquí regado en el camino.

Oigo a lo lejos sirenas que se van,
y no me llevan, me dejan,
enterrado en el muro que construyó mi padre,
me quedo en la casa de mis padres,
en la casa de mis hijos, en mi casa para siempre.

Estoy herido, muy herido
en la carne y en el alma
estoy herido hasta el fondo de mis ojos,
hasta el fondo de mis huesos.

Yo no sueño nada, pero sueño con mañana.
No todo termina aquí, padre, hermano,
amigo que te quedas sentado en esa piedra acongojado,
que no te venza la orfandad,
ni el oscuro río de la muerte.
Mira aquella luz, el camino, la esperanza, la fe ;
oye la voz que llama en el desierto.

No fue el mar, fue la noche,
la antesala de la noche.
Debeis continuar y construir otra casa,
una casa más grande y más fuerte,
la casa de tu cuerpo, la casa de tu vida.

En este rincón de la tarde, oro
muy callado, en medio de los ruidos del mar,
del mar humano que gime de dolor,
y oro a Dios, a la Virgen, a los Santos que olvidé,
por irme por otras sendas más oscuras,
a gastar mi tiempo, mi energía y mi yo.

Aquí estoy sin una lágrima, enterrado
y renaciendo a orillas de este olivo
más allá del viento, más allá del mar.

París 18 de agosto, 2007

jeudi 9 août 2007

(Poema a Arequipa) 15 de agosto, feliz día, mi Linda Arequipa

AREQUIPA

En el fondo de mi pecho vives
intacta como remota esperanza
porque estoy hecho de esa tierra,
bañado por ese sol y ese río de eternas melodías,
que llevo yo en mis ojos negros,
para no sentirme tan lejos y tan solo,
como otros llevan su sombra y su destino.

Hoy, mañana y siempre, en silencio te recuerdo
como aroma dulce del terrestre suelo.
Al cerrar mis ojos veo el Misti,
bajo un cielo azul y estrellas que me guían.
Al abrir mis ojos veo el río,
hacia él desciendo como riachuelo herido
para mojar mis penas y limpiar mis ojos.

Sueño en el regazo de tus verdes campos,
mecido por el aire de los días y las noches,
aquellas que yo no tengo aquí,
en esta tierra hostil que me abraza,
con sus uñas blancas y su bastón enfermo.

Heme aquí sentado a orillas de otro río,
escribiendo tu nombre en estas aguas y este aire
para que los vientos lo dispersen, en el universo todo,
y otros causes infinitos, lo rieguen por el mundo entero.

Y no estas aquí conmigo a mi lado, bajo este cielo gris
que raspa mis sueños, y los sueños de otras gentes.
Pero estas aquí, en mi frente peregrina,
enviandome energía para seguir en el camino.
Y en este día, grande como un sueño,
revigoriza tu rebelde voz,
y afirmate por siempre en la tierra,
para defenderte del silencio y del olvido.

París, agosto, 2007