Recojo estas palabras del silencio que me abrigan,
en tu ausencia ; hoy cuando camino
por los laberintos que habitan las ciudades.
¿Dónde estarás tú, extranjera, hoy cuando te escribo ?
¡Cómo no imaginarte, lejana y dulce ;
apacionada y triste, por las orillas de este río !
Allá estarás tú, en el extremo de la tierra,
esperando la voz, ésta que te busca entre las gentes.
No son sólo los mares los que dan reflejo
a tus cansados ojos, son también,
los espejismos que cubren los desiertos.
Siento que los vientos australes me alargan tu mira.
En tu mansa cabellera se pierde mi silencio,
hoy cuando llueve inquietudes en mi pecho,
hoy que llevo mi cara de triste caminate ;
mas por allá va una estrella buscando su destino.
Tan lejos están tus pasos de los míos,
tan lejos tu mirada de la mía,
tan fundida va la sombra en la sombra ;
pero los corazones, envueltos de esperanzas, borran inmensidades.
París 15-09-2005
Señor suelta a los cautivos, el Señor abre los ojos a los ciegos, el señor levanta a los encorvados, el Señor ama a los justos, el Señor custodia a los peregrinos, mantiene al huérfano y a la viuda, pero turba la senda de los pecadores. Reinará el señor eternamente. Salmo 146
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samedi 21 juillet 2007
dimanche 1 juillet 2007
El olvido
¡Oh noche cómplice y ramera, podría yo acaso preguntarte a ti!, ¿qué es el olvido? El único culpable de mi suerte soy yo por el camino. El olvido es sólo un pretexto para evadir toda responsabilidad.
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